¡Gracias!, ¡cuántas veces te doy gracias!,
¡cuántas veces debería darte gracias, mi Señor!
Muchas veces más de las que pido,
¡cuántas veces debería darte gracias, mi Señor!
¡Cuántas veces pido y pido tanto,
y cuántas veces me olvido de darte gracias, Señor!
Sigo como un mal agradecido,
solitario en mi camino,
olvidándome de Dios.
Pero hoy quiero
pararme en el camino,
gritarle a todo el mundo
que vivo por tu amor.
Que sin Ti no doy un paso al frente,
que Tú eres mi motivo,
que Tú eres mi razón.
Vivo porque Tú eres mi motivo,
porque desde que te sigo
sé que Tú eres la verdad.
Vivo porque siento el desafío
que me das a cada instante,
de servirte, mi Señor.